En tiempos donde todo parece expandirse hacia fuera —más estímulos, más urgencia, más velocidad— hay algo profundamente revolucionario en detenerse… y volver al centro.
Esta propuesta no es nueva. Forma parte del legado vivo de las culturas mesoamericanas, que durante siglos han sostenido un modo de ver y de ser donde el eje no es una metáfora, sino un principio vital. En una de nuestras sesiones de estudio con un maestro de tradición oral y ceremonial, recordamos que el holote, el corazón de la mazorca, es también el eje de toda actividad: el punto desde el cual se ordena la espiral del universo.
Este eje no está allá afuera. Está en el cuerpo.
Y más específicamente, en ese espacio vibrante entre el corazón y el ombligo: el plexo. Según las enseñanzas compartidas, es ahí donde convergen dos espirales: una que desciende del corazón del cielo, y otra que asciende del corazón de la tierra. En náhuatl, este cruce de fuerzas es llamado ollin, símbolo del movimiento esencial que anima toda forma de vida.
Geometrías del ser
En el pensamiento ancestral, la conciencia no se representa en gráficos de líneas, sino en formas vivas.
El cuadrado, el círculo, la flor de cuatro pétalos, los trece niveles del tiempo, los nueve señores de la noche… todas estas estructuras no son adornos culturales ni elementos mitológicos. Son geometrías encarnadas. Mapas del cuerpo, del alma y del cosmos.
El trazado del centro, las diagonales que lo cruzan, los pétalos que lo rodean nos recuerdan algo esencial:
la conciencia está tejida en el espacio.
Y ese espacio comienza en nosotras y nosotros mismos.
Psicología con raíz
Desde el Instituto Macuil, creemos que una psicología verdaderamente transformadora no puede seguir operando como si el cuerpo fuera un accidente y la tierra, un recurso. Es urgente mirar hacia atrás para ver hacia dentro, y reconocer que los pueblos originarios no solo han sostenido memorias, sino métodos precisos para vivir en equilibrio con la vida.
Estas enseñanzas no sustituyen a la psicología moderna, pero sí la reorientan. Le devuelven profundidad, misterio, interdependencia. Porque una práctica psicológica sin cuerpo, sin territorio, sin ritual, corre el riesgo de volverse reduccionista. En cambio, una psicología que se atreve a escuchar la sabiduría de los ciclos y las formas puede abrir portales de sanación verdaderamente integrales.
Xolotl: una ofrenda al ombligo, al centro
La Conferencia Xolotl 2025 no es solo un evento académico.
Es una ofrenda colectiva. Un altar vivo donde convergen psicologías con raíz, arte ritual, medicina del cuerpo y espiritualidad encarnada.
En su núcleo, Xolotl no ofrece respuestas, sino un espacio para hacer las preguntas correctas desde el lugar correcto: el centro.
Allí donde se cruzan las espirales.
Allí donde el rezo se vuelve gesto.
Allí donde el pensamiento se hace flor.